lunes, 18 de abril de 2016

El Destino Del Monstruo


Toda la vida frente a un espejo para aprender a mirar hacia dentro. Toda la eternidad mirando hacia dentro para saber quienes somos.
¿Quién soy yo? No se trata de un nombre. Un nombre es sólo una denominación. Tampoco se trata de realizar una descripción, pues, sería sólo un montón de características apiladas.
A veces las personas quieren saber que las diferencia de los demás, en otras ocasiones quisiéramos saber que tenemos en común, o simplemente, enterarnos si somos personas o no.
Una alternativa es tomar nuestra vida como un libro y mirar las paginas pasadas redescubriendo todas nuestras historias, no para sumarlas, sino observando que tiene en común nuestro pasado con nuestro presente, como si fueran realidades paralelas interactuando constantemente de manera atemporal.
Fue un largo camino circular y multidimensional que lo condujo a saber que era un monstruo, pues, había sido eso cuando niño y seguía siéndolo de adulto. Un monstruo que tenía que verse bien, no debía engordar ni oler mal, tenía que estar limpiecito. De esta manera sería humano, o por lo menos, parecería humano y podría ser tratado como tal.
Inevitable preguntarse; qué era peor ¿ser un monstruo o ser un monstruo que tenía que parecer humano?
Un monstruo que se precie de tal, debe comportarse como lo que es y saber cazar y depredar humanos, pero no podía hacerlo ni comportarse como lo que era. Era un monstruo criado por humanos y educado bajo las reglas pertinentes.
Pasó toda una vida creyendo que era una persona, pero nunca las personas pensaron eso de él. Desperdició sus latidos tratando encajar en un mundo al que no pertenecía, hasta perder sus habilidades de monstruo, cualidades que sólo  podrían ser apreciadas por otro monstruo, ya que eran características despreciadas por la humanidad.
Hizo de todo por ser aceptado y respetado como humano, pero nada se podía hacer, no era humano. Hizo de todo por sentirse querido sin lograrlo. Eso causó que no aprendiera a decir que NO y continuó haciendo todo lo que las personas le pedían. Al parecer, este era su único talento, decir a todo que SI para complacer a los demás.
Ningún habitante de este mundo llegó a quererlo, pero si lograron beneficiarse de los favores del monstruo solitario, quién sólo logró comprometerse y ser castigado por no saber decir que NO.
La sociedad celebra muchos días en el año, pero nunca existirá el Día del Monstruo.

Este ser, acostumbra a sentarse frente un espejo en la oscuridad para preguntarse; ¿Qué habría pasado si no hubiera tratado tanto se humano? ¿Qué habría ocurrido si se hubiese permitido ser un monstruo que vivía en un planeta de humanos?

viernes, 29 de enero de 2016

Agua Cósmica



Agua ardiente que fluye sola,
que va y viene hasta que se evapora en una palabra, sin una promesa,
cae y vuela en un beso como una gota.

Nace y muere para volver a nacer en la lluvia trasparente
que abraza los ríos y lagos,
y se revuelca en las olas de mi última playa.

Burbujas  de palabras arrepentidas
o ideas  que desembocan en una cascada.
Ya viene y no se queda,  corriendo libre desde los poros
y escapando entre montañas misteriosas.














jueves, 14 de enero de 2016

alzheimer


alzheimer

Atardecer; reflejo de la mañana.
Vejez que juega imitando
los torpes pasos de mi niñez temprana.

¡Y yo quién soy bajo este sol demente?

Brotan recuerdos insensatos  de la tierra,
me acarician y golpean sin tocarme.

Estrella enana, sol pequeño que se extingue.
Miedo de la noche extendiendo sus alas sobre mí,
sobre mis recuerdos, sobre todo lo que conozco
y lo que amé.

Otoños de hojas muertas y veranos de tierra seca.
¡Tantas plantas que crecieron en mis manos!
y el tiempo se las llevó al silencio.
El mismo silencio que me adormece hoy,
como un secreto prohibido,
que sólo  romperán algunas voces
diciendo nada entre susurros.

Compañía solitaria de la enfermedad de nombre aleman.

Magdalena Almanegra