Agua
ardiente que fluye sola,
que va y
viene hasta que se evapora en una palabra, sin una promesa,
Nace y
muere para volver a nacer en la lluvia trasparente 
que abraza
los ríos y lagos,
y se
revuelca en las olas de mi última playa.
Burbujas  de palabras arrepentidas
o ideas  que desembocan en una cascada.
Ya viene y
no se queda,  corriendo libre desde los
poros 
y escapando
entre montañas misteriosas.


